La muñeca de mi fuente estaba pálida y reluciente
tiene alas doradas y sombrero picudo
sus cabellos rojizos me recuerdan a la
Venus de Boticelli, y su pose
a una modelo de pasarela
sosteniendo una enorme flor voluptuosa,
anoche la pinté de azul cielo,
su vestido rosa combina con el de sus mejillas,
y el viento la roza.
Pero, no tiene agua en el fondo,
sólo conserva polvo su bebé,
el cual está en sus pies.
Mientras yo me duermo y la miro,
ella voltea y me regala una sonrisa,
porque le doy vida con tan sólo observarla,
o ¡ella me da vida a mí?
la imagino bajando por las piedras
que la rodean, bailando un vals venezolano,
con su ser amado, sedientos secan su sudor.
Él no suelta su amor, él está siempre con ella.
Mueve lentamente sus alas, queriendo volar,
porque necesita volar y me agradece el gesto
con un guiño.
Ella está donde tiene que estar,
y es...feliz.
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